YA NO HABITO, amiga, esta casa
la que pintaste en invierno, la que apenas está.
No me atrevo a encender una vela
a tomar el agua que sobró en los rincones
ni a rebuscar en el polvo las estrellas.
Lo que sí hago a fuerza de recuperarla
es fabricar mariposas con tu ausencia.
Pero como sabes soy malo para esas cosas.
Las mariposas eran demasiado bellas,
me alejaban con sus alas placenteras
del río azul que sigue intacto afuera.
De vez en cuando caigo entre sus alas
me beso con alguna de ellas
o permito su relámpago en mi cama.
Perdí el control una de esas noches:
la máquina alterose de la nada
e incendió muy despacio sus paredes.
No me atrevo a encender una vela
a tomar el agua que sobró en los rincones
ni a rebuscar en el polvo las estrellas.
Lo que sí hago a fuerza de recuperarla
es fabricar mariposas con tu ausencia.
Pero como sabes soy malo para esas cosas.
Pero como sabes soy producto de tu ausencia.