¡Tenme piedad, hechicera!
Modela el grato ondular
De tus sensuales caderas,
Que me alborota y altera
Al verte, oronda llegar.
¡Tapa ese divino pelo
Conque tu cabeza adornas!
Piensa cuánto me ilusiona...
Acariciarlo...¡Y no puedo!
¡Cierra ya, tus dos luceros
Que me embriagan e hipnotizan!
Cesa tu infantil sonrisa...
¿ No ves, que me desespero?