Tú: amor, aroma, textura;
inocencia que no pasa
y escape a la sensualidad.
¿Ves mis mejillas?
Quiero perderme en el mundo de tus ojos,
acercarme al aire de tu frente
–qué instante tan bello-
y grabarme los labios tuyos en la piel.
Con dulzura tus dedos besan mi cuerpo
y me gusta…
Quisiera que sientas solo mi tacto;
que no haya más tiempo –nuestro, tuyo-
que el de tu boca…
y que solo existamos mis sentidos y tu olor.