Y cuando se conviertan en alas, mis brazos
y sobrevuele tu universo,
te robaré un beso,
aquel que quedó enganchado en la ventana
y las tempestades, no han podido desprenderlo
y contemplaré tu viejo jardín, y tu nueva casa
y observaré mi miedo a las alturas,
el mismo que tenía, cuando te desabrochabas un botón de tu camisa
y yo, bajaba la cabeza.
Y cuando mis manos se conviertan en tus pasos,
te seguiré allá donde lleguen los sueños
y desnudos buscaremos los juguetes rotos.
Y cuando mis sueños se queden sin dueño,
pensaré que era otro tiempo.