¡ Oh noble... y muy leal señora,
regalada de pálidas... y etéreas soledades... !,
entre alburas... coronada te derramas
y muy melancólicamente te me vences,
por enardecida fuente... desvestida,
viniendo a morir inadecuada...
en la atalaya laureada de mis preces,
del Arlanzón...
eres la dama seducida,
inamovible arco... aventajado en su silencio,
de tus piedras late...
la gloria compungida de Castilla,
entre aguas... declinadas de placeres,
de eterna y cálida sonrisa... eres
diamantina ciudad... de dardo esclarecido,
y entre labios apasionados palideces...
entre besos... malversados de caricia,
¡Oh Burgos... ciudad apasionada,
de Castilla... la gloria de sus sueños...!
la historia lentamente se derrama
entre opalinas... y pálidas inquietudes,
zahiriendo la tarde enamorada...
de tórridos... y anárquicos placeres,
adornados... de acéfalo silencio
por la gloria... enardecida de mis versos,
y sin quererlo... amada mía,
por tus quebradizos jardines
y plazas te derramas,
entre impúdicas caricias
regalada...
melancólica... y noblemente acariciada,
de magnánimos ensueños... bendecida,
por la rosa... adormecida de mis besos,
y entre lirios lacerados... te licúas
y entre calles... dulcemente te abandonas,
soñando con nuevos...
e inextinguibles amaneceres,
en la sima... desvestida de mis sueños,
¡Oh Burgos... atalaya noblemente enaltecida,
bendecida en sus alcores... por pálidos silencios... !,
por tus calles tímidamente te deshaces,
entre melancólicas... y heridas rosaledas...
laceradas... de romántica cordura,
buscando muy dulcemente la sonrisa...
de la apasionada mirada... agasajada,
entre campos muy tiernamente acariciados
derramados... de agua pura adormecida...
por la alcoba... enardecida de mis sueños.
AUTOR: JOSÉ A. PANIAGUA MARTÍNEZ.