Faena de Ordeño
El fogón inicia la madrugadora jornada
esparciendo en el aire su humo y su olor
de la vasija de barro aporta el agua
que en una paila hierve entre fuego y brazas
haciendo luego la alquimia sobre aquel tostado café
que molido deja salir aquel guarapo y único aroma
que marca entre la oscuridad el inicio de jornada
toma camino al corral
se escucha el bramar de las vacas llamando a los becerros
y el llanero de su particular estro deja correr una tonada
sellando el comienzo del trabajo
declarando el sentir de su corazón entre rimas
que se dejan escuchar así…
Estrella de la mañana,
claro lucero del día,
¿cómo no me despertaste
cuando se iba el alma mía?
Mariposa, mariposa, mariposa.
Se acomodan las vacas al ordeño y el acople de dos
se demuestra cuando a la ubre la mano presiona
y el chirrido de la leche en el balde se hace concierto
y de nuevo se viene el verso del llanero…
A mí me gusta ordeñar
A la vieja Majestuosa
Acérquese y venga acá
Para decirle una cosa;
Yo no desprecio una piña
Por comerme una lechosa”,
“Majestuosa, Majestuosa, Majestuosa”,
El sol ya se hizo presente y el rocío hace a los verdes más hermosos
las garzas, potros al pie de la laguna
estampa llanera que sigue cuando el becerrero
suelta los becerros y se presencia el amor maternal
vaca y becerro unidos, gesta natural de verdad.
Se apartan de nuevo las vacas, y se ahílan a pastar
se aperan los caballos y sigue la jornada en esa grandeza
que al hombre del campo nos abraza y embauca
que nos inspira y nos llama
que vivimos con pasión y entrega
esa inmensa tierra se llama… Llano
es Mi Llano…
Jesús Pérez Rubi / Andariego
07/02/2016