Pedro Antonio Borges Rodríguez

Dictadores

Astucia que coge atajos

ensancha y ancla el poder,

y vuela por encima

más que por debajo de los pájaros.

 

Fuerza heroica con precedentes,

su contrato es llevar bien amarradas a las gentes,

listos, guapos, valientes, 

soberanos, necios o indulgentes,

no importa

sean tercos o excelentes.

Todos se pierden bajo el sol naciente.

 

Crece el sueño dentro del árbol

 y crece el abismo y lealtad a la muerte.

Crece el hierro caliente en la mano que adereza, 

la fortuna de no ser nadie

ante el golpe fuerte y puño en la mesa.

Arde el suelo ambivalente.

 

Desterrar al emperador,

honorario de cantos negligentes

sucedáneo de una locura creciente

que se presta siempre a dolerte.

Pone tu cuerpo en el paredón

y aplaude la gracia de tu muerte.

 

Desde el augurio más negro

y el peor registro de sustento

se escribe siempre el mismo cuento

con tu persona en el honor

de ser protagonista muerto.

 

Promueve la agonía del pueblo sumergido

! Que huya el que aún no se haya ido!

Corran pobres e impacientes

año perdido.

Suerte de perdedores inocentes.