Respiro profundo y palpo tu
dulce silueta correr en tu mirada
de doncella, mientras tus pasos
firmes atraviesan un umbral silencioso
sin tiempo, sin espacio
Palpo tu presencia, tu dulce fragancia,
el correr lento de tus latidos, el nerviosismo
radiante de tu piel, la vibrante sensación
de tus cabellos al caer, como ríos en una
desesperante agonía por tocar la olas del
mar
Escucho tu respiración, lenta, oculta,
casi distanciada, pero a la vez llena
de vida, la invitación suprema de que tu
estas ahí recorriendo los linderos mas puros
de mi existencia.
Observo tu sonrisa, cálida como la
brisa que recorre los valles floridos,
donde las mariposas nunca resisten
jugar
Quizas pueda gustar la ondulante música
que desprende tu piel colorida por muchos
amaneceres, para despertar de este eterno
baile de sentidos siempre inquietos por el
simple hecho de que tu estas ahí.