Se deshiló la luna en tu mirada,
y entre níveas...
y angostas soledades, en su tierna
y compungida melancolía...
mi alma que te adora...
entristecidamente claudicaba,
de etéreas soledades
mi labio naufragaba,
entre mares irredentos
y témpanos de hielo...
de homérica fragancia malversada.
AUTOR: JOSÉ A. PANIAGUA MARTÍNEZ.