Turbadas están las nubes, inquietas,
sin reposo, atravesadas por una cálida
invitación a la nostálgica aventura febril
Despacio los besos de vapor, confluyen
en una desconocida danza de abrazos
distantes, en ocasiones juguetones
El viento susurra a los oídos de las gotas
vibrantes, colgadas como trapecistas en un rítmico
deseo de pasajero equilibrio
Negruzco esta el horizonte invitando
a una tranquilidad atemporal, casi
desconocida, en si misma deslumbrante
La lluvia empieza a caer, llena de vida,
sonrojadas por el vacio reflejo de
las demás, alegres, colmando de bendición
a los mortales, que corren a buscar, lugares
en los cuales reposar.
La tierra se humedece, bebiendo mil gotas
caer, mientras una reunión de fluidos busca
un destino que abrazar, siendo parte de
un inmenso y inimaginable todo.