Pedro Antonio Borges Rodríguez

Amores perdidos

Flor de natura

ambigua y cansada

inmadura en tu prematura luna obstinada

causaste la conmoción de querer, por dos hombres, ser amada

y lograste solo ser por ambos, duramente rechazada

 

Yo te quise amar desde la rabia , Ana

y todo lo perdí

 

A beber de tu labia

fue lo que aprendí

 

Huir de tu lado

lo que decidí

 

Amarte un poco

lo que pretendí

 

Lloraste el alma viva cuando tú fuente negó tú condición de desventurada

y la muerte te visitó desde la niebla de arriba con su armazón de acorazada

 

El te negó,

se llamaba Donovan y pretendiste acusarlo

más fue rápido como un galgo,

y sincero como un Dios en alza

 

Yo no cambio mi dolor por la calma

no desmiento que me equivoque a lo grande

tampoco llegué a suicidarme 

ni a hacer del dolor, la cama

 

me deshinché como un niño

perdí mi aviador destino

ahí demuestro que no soy puro,

ni un simple guiño

más mi universos es clandestino

 

Cuando la suerte quedó en la tierra, mientras navegávamos al son de un amor envenenado

cuando el dolor aplicó su mundo y nos quedamos helados 

o cuando el hambre se comió el turrón equivocado,

no había esperanzas

por momentos nos dejabas a un lado

a el y a mi

al camino perpetrado.

Luego volvías y pretendías vernos con carácter educado

 

En las algarbías de tu insinceridad

en las líneas impenetrables de tu inmensa soledad

en tu lúgubre cantidad de días inciertos

y los múltiples momentos que sufrimos a duétos

pasaron por ahí también los buenos tiempos

donde me agarro, sin duda, para contar este maldito cuento

 

Tenía un montón de llamadas

que según tu, nunca recibí

 

Un sín fín de momentos

que lloraba siempre por ti

 

La suerte quedó desterrada,

se alejó de mi ,

y yo seguí descontento,

dichosa flor negra encaramada

a los huevos de mis argumentos

 

 Tu sexo huéle fuerte,

atrae mundo hacia mi,

te sentía cerca y en bragas

y aunque el estupor me embargaba,

el morbo era creciente

y tenía ganas de ti

 

Hoy me prohíbo el si

porque no hay bien que por mi me hagas,

Flor de natura,

ambigua y cansada,

quedaste arruinada.