Falta el fulgor del hado en que agonizo,
de esa esencia de fuego y de ceniza
en la chispa del numen que matiza,
el rasgo que me embriaga y utilizo
Esta triste y herida mi errante alma,
va sola, angustiada y sin destino,
perdida, afligida en el camino.
Dime tú ¿dónde estás ausente calma?
Oscilan las imágenes ausentes
entre huellas de aljibes insondables,
en los inmersos mundos impalpables.
Un final de silencios en las mentes;
los efluvios de lampos improbables
ya seran mis escritos más afables.
Hugo Blair M.