¡El amor ha muerto!
No quiero alarmarme
pero...
¡Ay!
ya no te tengo...
Bendice señor esta mesa
bendice también este entierro.
No tengo porque alarmarme
yo también estoy muerto,
mas si en un último respiro
pudiese gritar te quiero,
solo a ti te gritaría
solo con un frío beso
te amaría alma mía.
Lástima que solo me quede eso:
Un aliento, una lagrima
y un último deseo.
(Ya no me sueñas...
ya no te sueño...)