Calla la noche, el viento llora
la luna cansada no quiere mirar
una viejecita pasa a deshora
va muy cansada, triste el caminar
Arrojada de su casa por el hijo querido
con el alma perdida, sin saber donde ir
que mal le ha pagado el amor ofrecido
solo le queda en el alma el triste sufrir
Más Dios se da cuenta de que va dañada
y le tiene su mano, la invita a subir
y la viejecita con voz apagada
se agarra a su mano y le ve sonreír