Amante misteriosa
Te amo en la profundidad
de la noche que me acosa,
en el vértigo de la fiebre
que me acentúa las ganas,
en el roció que apacigua la llama,
en el laberinto de un fuego carnal
que se hace triza entre mis brazos,
en el desliz de un cambio temporal…
y lo sustento
y lo sostengo con mis ansias
y mi sabiduría no de escribir poemas,
la de decir a todos mis ganas y
que vivo enamorada del amor
a toda hora, no solo en la mañana,
cuando se supone
que esté tan fértil tu miembro.
Te amo en tu palabra callada
y que me susurra el cuerpo
si siente que te llama,
en el verbo ese que lo silencia
y que en tu mirada se desata,
en la pasión terrible que aclimata
de hacerme sentir hembra,
coqueta y sata.
Porque no puedo ser de otra estirpe
que no sea, con esa fiebre del Caribe
que se me explota…
y ese vaivén de las palmas
que me alborota.
Porque soy como ola que se mece al calor
de tu pasión cuando a mi cuerpo lo tocas
y en tus pasos apurados
al entrar a mi habitación,
me hallas por ti de amor
loca y tu despojándote de todo,
desesperado.