Si me enamoro, yo entrego la vida,
Y se las doy sin poner condición;
Se vuelven parte de mi corazón:
Esa esperanza que todo mitiga;
Si esa confianza se siente perdida,
Me vuelvo esclavo de loca obsesión;
Soy prisionero en oscura prisión,
Donde nostalgia, mi llanto mitiga;
Mas hoy me siento como hombre feliz,
Tan rodeado de inmensa ternura,
Que simplemente yo quiero seguir
Con esta intensa y vibrante locura,
Donde no existe caída o desliz
Sino armoniosa y muy sana cordura…