Dama de
otros tiempos,
de exquisitos
modales,
con sutil
tocado,
y ondulante
satinado,
ruborizadas
mejillas,
y rojos
labios,
libres
rizos,
acarician
tus hombros,
como
custodios,
de sensuales
pechos,
impoluta
y donosa,
en el cruce
de piernas,
sugiriendo
tal vez,
a pensar
pecando,
un breve
pañuelo,
agitan
tus manos,
trae
brisas,
de otrora
perfume,
es tu piel,
destilando
esencia
femenina,
quizás de
bienvenida,
quizás de
despedida,
no sé
si sueño,
no sé
si divago,
un achís
con disimulo,
me dice que
eres real,
dama de
otros tiempos,
me cautiva
tu prestancia.
Víctor Bustos Solavagione