Medías con palmos el frío aposento,
marcaba el piso la sangre blanquecina,
lugar donde descansarían los cuerpos...
cercano había largo canal que llevaría,
agua sucia gris, mezclada de cemento,
¿Seria mi tumba que horadabas?
Y vi que a los lejos un niño te llamaba,
presuroso sin mi, de la nada te sacaba,
era aquel un hijo tuyo quien increpaba,
e ibas feliz ondeando otra gran bandera,
¡Pobre de mi! un mísero ser agonizante,
esperando la piedad de efímera manera.
Solo en sueños eras de mis besos dueño,
aquel hombre terco, apasionado y bueno,
mirando el portal del inconsciente eterno,
pertenecida a tu vida, aún salvaje dueña,
e iba devorando mi alma hacia el infierno,
en noche de silencio, abriendo las fauces.
¡Oh Dios! ¿Como duele un amor enfermo?
¡Amor maldito! viviente en llamas y venas,
nunca de ti quiere apartarse, ni te deja,
te cuece el alma y te aniquila, si se aleja,
¡Amor triste! ¡Amor vano! ¡Amor de hiena!
febril tormento tortura sueños, y no llena.
No quiero mas puñales, ni viles recuerdos,
destilar prefiero sangre entre mis muertos,
a continuar insufribles penas que condenan,
demonios urgentes infectan venas y mente,
un implacable ejército arrastrando mi dolor,
por las calles solitarias de ocultos fantasmas.
¡Quisiera vencerte olvido!, transpiro guerra,
no seguir atada a la miseria que encadena,
a aquel gorrión que un día fue canto y arena,
donde hubo flores y fragancias de azucenas,
¡Despertar! ¿Vivir o morir en el intento?
desde una pesadilla, un sueño nada más...
Raquelinamor
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08/09/2015