Jueves, 11 de febrero del 2016 a las 8:33 PM
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¿Qué no daría yo por tener tus labios?
Te daría sin recelos el almíbar de los míos,
recorrería el lirio de tu piel y toda tu esencia,
y te daría el florecimiento de mi existencia.
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¿Qué no daría por tener tus besos?
Te daría la cadencia de mis labios y de mis huesos,
exaltando el marfil de tus lunas crecientes y destellos,
acariciando cada pliegue de tu boca con mis dedos.
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¿Qué no daría por las caricias de tus dedos?
Te daría mi blanca luna y guiaría tus dedos
en cada sinuosidad de mi cuerpo en juegos,
y con tus fuegos unir nuestros eros sin miedos.
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¿Qué no daría yo por tener miradas tiernas de tus ojos?
Te daría la lumbre de mis brillantes soles sin abrojos,
sin importar que mis ojos no podrían ver tus cielos
al despuntar ante el amor que florece y sin velos.
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¿Qué no daría yo por tener tu camino?
Te daría talles de mis fuertes limbos por tu camino
y con fino tino y torbellino de alegría, mi amor peregrino,
y seguiría tu camino a tu mundo diamantino.
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¿Qué no daría por tener tu paz?
Te daría el cielo, mar y tierra por tu paz,
manantial de luz que derramas sin antifaz
muy audaz, siempre capaz de darme paz.
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¿Qué no daría yo por tener tu horizonte?
Te daría mi sol, mi luna y las estrellas en el horizonte,
las relucientes providencias y de la luna su luz ardiente.
Te daría zafiros, gemas y de mi rosa su diamante.
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¿Qué no daría yo por tener tu consagrado amor?
Te daría mi tierna fresca primavera y calor,
el elixir de mis besos y la miel de mi esplendor en flor,
mi alma, corazón y encendería volcán de pasión al desamor.
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Te daría la sangre roja de mis venas
y el último aliento de mi amor, sin penas.
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¿QUÉ NO DARÍA YO POR TU AMOR?
Autora: Rosa Elizabeth Chacón León/Stevens.
Derechos del Autor Reservados.