Palidece mi mente, el siniestro cause de un río suena ferozmente, entra la noche como un cristal púrpura que empalaga el ambiente, y te veo como parte del mismo cielo que constelas.
La pretensión agudiza mis sentidos y mi corazón arde de inmensa lujuria, y te deseo inevitablemente, constantemente, impacientemente como el tiempo y el pasado de un instante infinito.
Desnudo cada cause que forma tu cuerpo, y el titán de lo que son tus besos se derrite, como la dulzura del piloncillo ante el fuego, del sabor a ti, de lo que eres tú, mi diosa nocturna de lo que más quiero.
Ya no respiro, poco escucho, y se siente como poco a poco se pierde el sentido, y renace el inmenso sudor de tu ser a durazno, dulce amor mío.
Oh, mi vida, amor de terciopelo, quererte como te quiero, es vivir al alba o morir tocando el cielo.
Nunca sabré el instante exacto cuando más te amo, cuando más te quiero.
Marc Téllez González.