El corazón de una mujer está hecho de latón
Por ella ciudades han ardido y ríos de sangre fluyeron
Una y otra vez
Si intentas tocarlo con las manos desnudas
Serán desolladas y dejadas al rojo vivo.
¡Mira la sangre correr!
Pongo mi mano sangrante en el infinito muro de los lamentos
Que cada hombre lleva dentro de sí
Nos recubre y nos recuerda
La desolación siempre está del otro lado
Y con ella otros hombres
Tras otros inalcanzables muros
esperan lograr contacto
superando el mortal aislamiento de los solitarios desamados
Pongo aún así mis manos en el corazón enlatonado
Lo necesito hacer (obligatoriamente)
para hacer seguir fluyendo el río de sangre
y latiendo mi corazón descorazonado