Siempre te he considerado
un buen amigo.
Con tu actitud
me demostraste
todo lo contrario.
No lo fuiste.
Nunca pensé que
siendo el ser que
eres, te hayas comportado
como un auténtico hipócrita.
Confié en ti, siempre.
Pero hiciste una promesa, un pacto.
No lo cumpliste.
Realmente, te comportaste
como un cobarde
y un total hipócrita.
Cuando un hombre
hace una promesa,
debe cumplirla.
Y si no pudiese,
al menos dar una explicación.
No la he recibido.
Pero no te preocupes...
( en realidad no hay signos
de preocupación de tu parte).
Pero la verdad
que yo he quedado
muy preocupado y amargado.
Bueno, eso... fue...
ya ha pasado.
No creo te hayas dado cuenta
de tu gran error.
Te disculpo, a pesar
del gran mal que me hiciste.
No te perdono,
sólo disculpo
tu mal proceder.
Perdón... no te perdono.
Disculpo, pero no olvido.
Hugo Emilio Ocanto (Sargento del escenario)
12/02/2016