BARQUITO DE PAPEL
Estan sueltas las amarras,
el viento y el oleaje de los mares
comienzan a definir destinos inciertos,
y entre aguas navegando sin saberlo hacer ni planear.
Con los retos del destino,
con los vientos que impulsan mis caminos,
sorprendido por lo desconocido
sigo navegando sólo con estrellas que danzan
con un sol que siempre me ilumina
y a veces me calcina.
Mares tranquilos y otros bravíos
que transforman mi destino,
que arremeten, me inundan
y amenazan con hundirme.
Navegando en un barquito de papel,
aprendiendo a apreciar la intensidad del viento,
desafiando los momentos tormentosos,
oscuros y rabiosos
que amenazan mi barquito tan valioso.
Divisando a lo lejos oasis tan hermosos
que me ofrecen vivir momentos tan valiosos
y a mi alma dar reposo.
Atravesando mares, hallando brumas
que nublan destinos de esperanzas
en atardeceres deseando volver a hallar
rutas de alegrías y placeres.
Mi barquito de papel
que hace aguas al encallar
y detiene mis travesías en la mar,
esperando un fuerte soplo
que me impulse y volver a navegar.
Con averías en el casco
mi barquito vuelve a navegar
divisando delfines
que me acompañan en el mar
cuidando que no vaya a naufragar.
Barcos grandes y pequeños
observan mi transitar,
preguntándome si me pueden auxiliar
y con miradas indiferentes viendome pasar.
Ignorado en mis confusiones y pesar,
buscando un puerto cercano
donde pueda reposar
y el casco de mi barquito reparar
para así volver a navegar
hasta llegar a un puerto seguro
donde pueda sentarme a meditar,
reflexionar y plasmar
mis experiencias en las aguas de la mar.
No te hundas mi barquito de papel,
no naufragues y permíteme aprender
para luego nuestras vidas reponer
con alegrías y poesías de esperanzas
que nos hagan florecer.
MIGUEL FLORENZANO