Siento rayos en las manos
Que no puedo silenciar
Y me empujan como pájaros
Que se mueren por volar
Y así están muertos...
Tan, tan, tan, tan muertos...
Siento un pecho de granito
Que no se puede romper,
Voces en el panegírico
Que me quieren socorrer
Pero no se oyen...
No, no, no, no se oyen...
Siento el alba como un duelo
Que no para de reír
Y el estruendo de los féretros
Que me llaman a dormir
Y yo no quiero...
No, no, no, no quiero...
Cómo vuelan las palabras
Que no van a retornar
Y se platean tan diáfanas
Volando sobre la mar
Y ya no vuelven...
No, no, no, no vuelven...
Cómo escuecen las heridas
Que no puedo componer
Y retumba en las basílicas
El rayo que va a volver
Y como siempre...
Como, como, como siempre...
Siento el corazón sin norte
Porque no quiere latir
Y la noche cae en los árboles
Como un manto para huir
De todo el mundo...
Todo, todo, todo el mundo...
Siento tu voz como un dardo
Que se clava en mi interior
Y al sangrar llueven mil pétalos
Del techo del comedor
Sobrios y tristes...
Sobrios, tristes, tristes...
Cómo brillan en los lagos
Las lágrimas del azar
Y se hace la casa un páramo
Donde no pueden brotar
Mis ilusiones...
Mis, mis ilusiones...