Todo mi quehacer diario era solo poesía
falsa ilusión mía convirtiéndome en ermitaño
y no era poesía eran mis peldaños
bajando bajando hasta ganar el invierno
antesala del infierno proponiémdome mucho daño
hasta más no decir hasta el punto de ser huraño
eterno
y al baño.
Una ducha fría
presente
me apaño
no me engaño
me dirijo hacia el poniente
no viviré muchos años.