A MI MUSA CON AMOR
Me ha abandonado mi musa.
¡No lo puedo soportar!
Pues, la veo muy difusa,
lo mismo que una pelusa
que no se atreve a volar.
Y me da mucha penita
verla triste y ojerosa.
Aunque ella a veces me irrita
la quiero porque es bonita,
jaranera y salerosa.
Y, me empieza a preocupar
pues, no sé lo que le pasa.
Tiene un triste deambular.
No sé si reír o llorar.
¡La verdad, que tiene guasa!.
Mas, ¿¡yo porqué me preocupo!?
Musas debe haber a cientos.
De buscar otra me ocupo,
este \"marrón\" no me chupo.
¡Me importa cinco pimientos!