Prometo guardar la luz, de tu rostro en sonrisa en lo mas profundo de mi.
Ya que nuestros días declinan y nuestros años terminan como un pensamiento. Prometo agitar la brisa de la felicidad y alejar el llanto y su tempestad.
Lo sé, somos hierba que nace florece y crece muriendo cuando la sabía deja de fluir.
Y antes que deje de existir y vuele hacia el lugar de imaginación, deseo caminar la playa de tu amor y bañarme en el mar de tus delicias.
Prometo ligar nuestros anhelos de modo que tu pecho goce y rebose de un sentimiento con más nivel que el de la amistad.
De manera notoria a través de los días recaudo la sabiduría necesaria, esa que quita la ignorancia transitoria.
Sé, el conocimiento te hace libre; y con tal autonomía poco negligente. Se siente inteligente mi amor y invierte todo su valor en tí.
Te prometo imponer a mi voluntad la necesidad de amarte por completo sin reserva.
Prometo que desearía, tu fantasía fuera cumplir la mía con aquel boleto a la felicidad.
Prometo no ser aquel farsante del que nada se creé.
Quien lo que promete se agrieta se rompe y corrompe la confianza, cual juicio sin fianza; que pierde la libertad en certeza de la misma.
Prometo poner mis manos sobre las agua o el fuego si quisieres, y
jamas mudaré lo que por mis labios saliere a tu encuentro, lo mantengo lo protejo; mi promesa será para siempre, y de amar no te dejo por más que agite sus aguas el mar.
Con una ideología que reza con certeza en mi cabeza y el corazón la cubre en bondad. Te amaré mujer, por lo que dure la eternidad.