Recorrido
Recorre mí cuerpo… marchítalo con tu ternura y, con labios ardientes, ándame la piel quemando mis antojos.
Pruébame la vida, llégame profundo para que descubras el amor inmenso que guardo a tu nombre y, en el recorrido, apoya tus gemidos en mi pudor matando el silencio que me ahoga.
Posa tus caricias en mí piel, más, no te detengas y si notas que gimo, clamo o lloro no es de dolor: sólo es mi apresto a que el mundo sepa de este amor tan nuestro.
PABEDIZ