Me pregunto cómo sería haber vivido
en un bosque celta de altos árboles
respirar el perfume del musgo
en las tardes tibias
estirar el corazón entre la hierba.
Me pregunto cómo hubiera sido estar perdido
entre los acordes de gaitas
entre los pueblos celtas
para después, sentados frente al fuego
escuchar las viejas historias de héroes
mientras miles de chispas suben al cielo.
Después de esto, me pregunto
cómo hubiera sido poder navegar con ellos
en sus regias naves hacia la sal del mar
entre peñascos y acantilados de rocas
mirar a aquellos hombres de hierro
con sus mujeres de largas trenzas rojas.
Morar hubiera querido con aquellos pueblos
libres, duros y tiernos
observar a sus campeones sobre los carruajes
amar a sus caballos, probar sus bebidas
estar en constante confrontación
contra las sombras del destino
contra la muerte y sus garras
acercándose a ella sin temerla
al compás de cientos de liras que lloran.