Poeta sin alma

Soñándote

Es noble mi soñar, 
no importa lo soñado,
solo me dejo llevar, 
como el aire a una hoja, 
zarandeándola en zigzag,
Mi sueño de la noche
es inconsciente y pasivo, 
el sueño del día es el que 
me hace vivo y relevante,
porque soy en ese sueño 
soy yo quien decido
qué es lo que a mi mente 
y a mi corazón invade.
Soñar de noche es ir sin rumbo,
errático, a merced del oleaje, 
soñar de día es manejar las cosas, 
trazar el destino, anticiparse
a contingencias y elegir el triunfo,
hasta alcanzarle.
Y aunque te he visto dentro 
de mis sueños nocturnos; 
tus imágenes que me acosan 
en ellos son anónimas, 
y carecen de rostro 
aunque me abraces.
Llegas me das tu piel
y te evaporas, porque 
nunca sabes quedarte.
Tú vienes a mis sueños 
cada día, en las tardes, 
en el encanto de las mañanas, 
en mi caminar por las calles, 
en el silencio de mi alcoba,
Yo te llamo en los anhelos, 
vienes y te quedas,
tan plena, tan desnuda, 
con el rostro cargado 
de promesas y el ímpetu 
de amar sobre mi carne.
Y aunque un día para siempre
te ausentes, para vivir tu vida 
en otros lares, con otros brazos,
yo seguiré atrayéndote 
a mis sueños,
tejiendo utopías, 
fabricando ilusiones,
atrayéndote a mis orfandades,
clavándote a la cruz 
de mis deseos,
ungiéndote en las venas, 
en mi sangre,
sin querer evitarlo,
sin lograr evitarlo.
Me pertenecerás cada noche, 
aunque no quieras,
porque yo te he creado,
porque yo te he dibujado,
porque tú te quedas
en mi alma sin quedarte.