Poco después de la lluvia y la plena casualidad de haberte conocido, entre tanta gente y el verde total que nace a los ojos.
Entre él ruido ensordecedor, aquí en la tibia almohada noches de delirio con desiertos vacíos de promesas y luchadores olvidados.
Y tu mirada lo dice todo.
Desiertos con efímera fragancia a plantas florecientes el clima de tus ojos, el rio de recuerdos y mi valor convertido en la naturaleza incomparable de un suspiro.