Mi mirada es tan tierna como el rostro de un bebe.
Es tan sublime como un clavel.
Mi mirada es de color café, dulce y amargo como el mismo puede ser.
Mi mirada es profunda y espiritual.
Da vida en un parpadear.
Mi mirada percibe los colores más bellos del amanecer, atardecer y anochecer.
Pero a pesar de ser así, mi mirada en lo más profundo refleja tristeza, pues no ve siempre una sonrisa, y no es la que emana de mí, sino la sonrisa de otros que andan por allí.
Mi mirada enamora y cautiva.
Mi mirada es picara y espontanea.
Con mi mirada doy un beso, y una bofetada.
Con mi mirada digo un gran si, o un rotundo no.
Mi mirada es fuerte y débil a la vez.
Mi mirada es amiga, y es amor.
Mi mirada expresa lo que soy, doy y siento.