Mi cuerpo sobre las
aguas del mar.
Mis brazos extendidos,
sintiendo una felicidad total.
Un día excepcional,
con su clima sin igual.
Mi alma se siente feliz.
Mis pies sobre las aguas,
mi cuerpo todo,
que se ha sumergido
en esas frías aguas,
que calentaron mi ser,
de intensa felicidad.
Un agradecimiento más
a la vida.
Necesitaba estar allí.
Le ha dado algo más
de felicidad a mi existencia.
Dios me ha acompañado.
Y hoy agradecido estoy
de existir.
Gracias Dios.
Agradecido infinitamente.
Pina, amiga,
que has hecho posible
haya estado
sobre estas aguas,
este maravilloso mar...
Aunque fuese la última vez,
nunca te he de olvidar...
Hugo Emiio Ocanto
14/02/2016