Historia posada sobre un pentagrama.
Escribíamos sobre otros,
y hablábamos de contradicciones,
sin saber que seríamos una.
Y ahora es rutina
el echarnos de menos
y querernos de más.
Buscábamos sólo
alguien con quién volar
y nos vimos muy alto
al mirarnos a los ojos.
Y ahora ya no temo caer.