Olimpo y poesía.
Poeta de los cielos cae sobre la tierra, en ella habitan los hambrientos, Poeta de la rosa en la cabeza, ser de alas, y manos blancas, mánchalas de sangre, en este mundo las heridas se encuentran abiertas esperando a quien venga a sanar.
No temas sentirte sucio, porque de los sucios es el reino de los mortales condenados a la existencia.
Un verso es un gruñido venido de las entrañas de monstruos que no intentan ser leídos, Un verso es un lanza cuya trayectoria es el pecho y no la eternidad, una estrofa es una canción silenciosa no la extinción de tu belleza que lee sin saber lo que lee, porque ha escrito las palabras que otros le dijeron que era poesía.
Los monstruos habitan entre los mortales, los poetas en el olimpo, los monstruos tienen las manos manchadas de almas, los poetas de tinta disecada, los monstruos escriben, los poetas también, pero uno escribe porque desea ser leído, el otro escribe para arrancarse a sí mismos un trozo de su propia alma y dártelo en banquete, para que comprendas el placer de las palabras que se deslizan por el cuello al ser leídas.
No te esmeres en ser un diccionario parlante, no esperes rosas en tus funerales literarios, no busques ser el credo perfecto. Sé la herida, sé el puñal. Abre el corazón de la tierra con la violencia primitiva y ardiente de tu estirpe que sabe de perdonar y amar.
Ponla a sangrar el veneno que sembraron los poetas.