Si no quieres entenderme,
si no me dejas explicarme
si no te molestas en escucharme,
nunca sabrás
por qué hago lo que hago.
Solo soy feliz libre,
y cada vez me echan más cadenas.
Ahora las rejas son un muro,
y no puedo salir.
La esperanza en un futuro
que ni sé si voy a vivir.
Derramo lágrimas en vano,
porque ni un mar de mis ojos
derribaría esta cárcel,
en la que todos son partícipes,
y los presos condenan a más.
Fumo para elegir como morir,
y el humo me dice
que es lo único
en lo que puedo ser libre.
Es cruel pero me entiende,
y yo -resignada-
también a él.
Me venda los ojos
como puede,
pero a través de los hilos,
no puedo evitar seguir viendo
como todo se derrumba
poco a poco,
y la gente pasea entre las ruinas,
sin dejar flores sobre sus pérdidas.