¡Un atisbo de esperanza,
en el oscuro camino!
La respiración jadeante,
el cuerpo leso.
La diestra de la vida, domina el
torpe entorno de mentes diminutas.
El constante prosigüir ensalzador,
corrompe desde niño.
Serviles y blasfemos,
las vidas pasan.
Procrean sin sentido,
con la sensibilidad perdida.
Güerrean de palabra,
la mente temerosa.
Miedo en los corazones,
el gesto lento.
Coraje adormecido,
despierto a un tiempo.
20-8-83
Isidoro Pavón Mariblanca