No solamente la cama
es necesaria cuando
dos seres se aman.
Lo importante es estar unidos
con el verdadero sentir
de nuestras almas.
Saber comprender,
solidarizarnos,
tratar de solucionar
los problemas
que se nos presentan
imprevistamente.
Nuestras vidas han cambiado.
Tú cambiaste la mía.
Yo la tuya.
Cuando nos conocimos,
ambos vivíamos
con la soledad.
Ella ya no existe.
Esto que tú y yo sentimos,
es la luz de Dios,
que ha iluminado
nuestra existencia.
Tú has dejado
de estar sola.
Mi soledad desapareció,
al conocerte.
Sigamos viviendo
estos momentos de felicidad.
Tú me necesitas,
tanto como yo.
Hugo Emilio Ocanto
(Sargento del escenario)
16/02/2016