Voy a ver si logro hacer una nueva poesía,
aquí recostada sobre el césped del mundo,
cual gaviota moribunda con dolor profundo,
sobre todo hoy cuando siento mi vida vacía,
gaviota de los mares y de lejanos horizontes.
escucho esa voz gaviota que llevamos dentro.
Contemplando el techo del universo perdido,
reflejándose en el las llagas de mis heridas,
como luces profanadas por ser mal queridas,
y me tortura el fantasma de haberlas sufrido,
entre voraces aves, de todo se han nutrido.
Amaba volar, más que cualquier cosa del mundo.
Quietud, en la noche que la pena embarga,
monstruos que condenan a la paz del alma
tormentos que agobian quitándome la calma,
y sin amor, ni consuelo que a la tierra valga,
inteligente y compleja, anidaba en colonias.
¿Porque me resulta difícíl ser como las demás?
Vuelo entre pesares y versos, años vividos.
locuras efímeras y suerte de las primaveras,
tomando del vino añejo de amores habidos,
degustando triste soledad de mis quimeras,
soledad que es mortal cuando me dejo vagar.
¿Porque perdí el control cuando aprendí a volar?
Láridos de hermoso plumaje grises, blancos,
distinguidas señales negras en cabeza y alas,
decenas de larus, como el hombre diferentes,
vuela y vuela y le cuesta su madurez alcanzar,
y llegar a entender el porque de tanto padecer.
Tengo que aceptar que las cosas son como son,
sin sentirme culpable de ser lo que soy, ¡libre!
Raquelinamor
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