Que el delirio, que alguna vez disfruté al sufrir,
nuevamente nuble mi vista de saladas lágrimas,
que algun amor las bése para volver a huír
regocijándose en su maligna bambarria.
Marchitándose, muriendo en soledad y desasosiego,
afligido, sollozando bajo el antiguo álbol seco.
Deseoso de poder llegar a enfrentar al ciego
de la verdad en la que me creo muerto.
Avismal oscuridad en donde caer por siempre,
sentir miedo al estar seguro de la eternidad.
Nueva guerra de pensamientos inminente
que un amor, amistad o incertidumbre me dá.
Explotar y liberarse de la opresión del sentimiento,
poder llegar a hundirme en amargura negra.
Elevarme mas allá de todo aquello que siento
y gritar con garganta desgarrada mi nueva queja!
Pablo Ariel Paez Vega