No hay luz que tus ojos no hayan reflejado el alma.
Es la reflexión del celeste de tus mundos
O los del alba los que no sé definir.
Tus globos se desplazan en la órbita de mi vida
Auscultando mi universo.
Sabrán que te encierro en la cárcel de mis días
Para escuchar los mejores trinos
De tu corazón, al que alimento
Con el alpiste de mis besos.
La galaxia del amor nos rodea de preciosas estrellitas
Cual lustrosos alfanjes en la oquedad de nuestros días.
Luceritos nacientes orbitan la vastedad
De nuestro espacio vital.
Eliéser Wilian Ojeda Montiel
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