Al contacto de tus sucios crespones
te escudriñé telúrica, tan mía
y, por la misma trémula vivía,
de roja estrella y por dormidos dones.
Un gran día que bogas decimal
número, pasan miles los ciempiés,
teórica y exacta entre tus pies
y, llora un inextenso de animal.
Tu cuerpo de mujer, de nueve meses,
pasan marzos nacidos del embrión
mas quedóse trigueña en sus reveses.
De izquierda cavilando la cuestión,
táctil mujer, tan cerca de lo lejos
voy certero a la diestra en su tesón.
Derechos reservados de autor
John Morales Arriola.