Entendí que el rocío y la garúa,
Eran parte de tu forma de hablarme,
Y comprendí que la primavera de tus días,
Ha sido el aire de mi vida, en mi cansado tiempo.
Algo llamado amor,
Como la Fe de mi alma por esperarte,
Sentado bajo la lluvia o el rocío,
O bajo el sol cuando inclemente,
Esperando por ese algo, llamado Amor,
Esperando verlo dibujado como siempre,
Reflejado en el día o la noche…
Verlo en tu rostro.
Perdida mi memoria en el tiempo se halla,
Pero aún en esa pérdida, recuerdo…
La primavera de tu Amor,
La Paz de tu Alma,
Y el consuelo de tu hablarme a solas.
Mis sueños diarios,
Por ver siempre el nacer de un nuevo día,
Son mi oración de Fe por ti;
Cuando sea noche,
Seguiré orando mi Credo en silencio,
Y con el… mi Fe por ti,
Por volver a abrazarte,
Como abrace tu mirada, el último día en que te vi.
Me pregunto si piensas en mí,
Y si en tus recuerdos tú me llevas,
Me pregunto si acaso, aún vemos la misma luna,
Y si acaso la misma estrella.
Pensando en ti me quedo,
Mirando al cielo, y a lo lejos del camino,
Espero poder ver tus huellas,
Trayendo bajo tu pecho,
Ese algo llamado Amor.