¿Cómo se puede amar hasta el delirio? Es un volcán que arrasa conmigo, chamuscándome con su fuego irreverente. Mi mente son tus imágenes a cada instante; cuán difícil es el tormento de saberte lejos. Grandes obstáculos que se miden en distancias, de palabras de ausencia y lágrimas en el corazón. Es el amor el que hace que deambule en tu recuerdo. Ha pasado el tiempo, pero no el amor. Es demasiado grande lo que me desborda, mi corazón es simplemente el amanecer en tu pensamiento. Desde aquel día supe que jamás dejaría de quererte; un espectáculo de mujer envuelta en un cuerpo delicioso. La observé como hipnotizado ante aquel paisaje que disfrutaban mis ojos. Ese día el arcoíris había huido del teflón de cielo para atarme al mundo de sus brillantes tonalidades. Escucho como habla la lluvia de ti. Te nombra en las expresiones de relámpagos y truenos que acompañan al desfile de la noche. Atizan a las nubes ataviadas de umbrosas formas en el reino del supremo infinito. Es el más allá de la imaginación humana; el que alimenta este ejercicio de adorarte con la mayor de las pasiones que conciba el alma. Un rayito de luz se asoma hasta el último espejo del universo. Constelaciones que nos muestran nuevos mundos boreales de indescriptible formación…