Tánatos, la poderosa müerte
de un aguijón mitológico; enluta
el holocausto con paz absoluta
cuando de pronto me dejas olerte.
Tánatos, la oscuridad se cayó
Tánatos, yo esperaré tus regresos
para obsequiarte mortales mis besos
si han de morir mis pecados, pues yo.
Si existe alguno más triste que Orfeo
esta mañana soy yo, de amaranto.
Mi corazón se holocausta ya tanto
que su poder se tiñó en mausoleo.
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David John Morales Arriola.