No me digas loco, ¡calla tu boca!
no hagas esto, ni lo otro
¡déjame!, que no alcanzo a estar loco
porque el estar loco aun no me toca.
No me digas, estás loco
por hacer esto o lo otro
porque loco no estoy, así lo pienso
porque de loco, ni siquiera tengo un poco.
No picaré ojo alguno como un cuervo
no saldré en traje de Adán
tampoco vestiré de Supermán
para ir tras el final del viento.
Que sabes tú de cuan feliz me siento
en mis cabales yo muy cuerdo
queda en mi mente mucho acervo
aún no me llega el estar loco.
Si algún día mi cordura fuese en descenso
en efecto mi locura en ascenso iría
mi memoria se tornaría ausente
y mi espalda un rumbo adunco tomaría.
Posible sienta la presencia de mi ausencia
o más bien la ausencia de mi conciencia
que digo, ya inició mi demencia
diràs tú, pobre loco le tendrè paciencia.
Y como para entonces loco estaré
sin fingir cordura te diré;
yo no estoy loco
y en mí locura, yo feliz seré.
Y cuando por la calzada
yo deambule vagabundo
verás que en saco sucio a mano alzada
a mis cuestas va mi mundo.
Y como para entonces loco estaré
una lata o trapo viejo te daré
y te dirè, loco no estoy
y al verme en mí locura
sabrás cuan feliz yo soy.
Lebusla
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