Abre la mañana
y despiertan los seres gigantes
las lagunas, los montes y sus aves rapaces.
Con la tarde regresan los árboles,
y entrada la noche, la manada se expande.
La selva presume de su póstumo denigrante,
los tigres, los pumas y los elefantes.
Violencia que reina en su esencia flagrante,
y su belleza presume de ser integrante.