Como canta el gallo a la madrugada,
mis ojos le cantaron a tu corazón...
Luciérnagas encendidas testificaban
que grande fue la ilusión...
Siente a la mar como brama,
igual frenesí suspiraba mi voz,
mas las olas encendidas pregonaron
los delirios de nuestro amor...
Te perdí luego, en las auroras de la locura,
allí incauta destilabas oscuridad,
pero fue el tiempo, !!justicia dormida!!
quien procuró la partida final.