No basta solamente
con soltar palabras dedicadas
al aire en solitarias.
Te veo hasta
en la oscuridad
de mis ojos cerrados;
hasta en la profundidad
de mi llanto,
de mi grito esperanzado,
de mi preocupación
por no tenerte a mi lado.
Abba,
solo tu eres el aliento
que corre por la sangre
de mi vida misma,
¿Y que mas?
Que todos sepan la verdad.