Volara , la golondrina, deprisa,
entre las gotas de lluvia cristalinas.
¡Oh, la dicha golpea la lindeza del alma,
suspiro grandioso, de un amor hondo!
Con alas de cristal, fino, pulido,
suave, blanco, como la espuma,
brillante, sublime como luna,
Volara entre las nubes pálidas,
hasta que llegue a su boca roja,
¡ Ay, su boca, de almíbar, soñada!
Arroparla, con locura, fantasía.
¿Dónde?
Allí, en sus brazos,
en un silencio profundo,
con la mirada enfocada,
en el espejo de sus pupilas.
En el brillo del punto blanco,
de sus hermosos, luceros,
con fuego ardiente, prendido,
pronunciara un eterno, te quiero.
¿Quién?
Él, temblará, en sus brazos,
ella, se perderá de su regazo,
frente a la dicha, del hado,
bebiendo su desnudez, despacio.
Pondrá la mano sobre su mano,
y él, abrazara su cintura,
bailaran al ritmo de melodía,
hasta que despierte el alba rosada.
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